Ambiente en el trabajo
El "clima laboral" es el medio ambiente humano y
físico en el que se desarrolla el trabajo cotidiano. Influye en la satisfacción
y por lo tanto en la productividad. Está relacionado con el "saber
hacer" del directivo, con los comportamientos de las personas, con su
manera de trabajar y de relacionarse, con su interacción con la empresa, con
las máquinas que se utilizan y con la propia actividad de cada uno.
Es la alta dirección, con su cultura y con sus sistemas de
gestión, la que proporciona -o no- el terreno adecuado para un buen clima
laboral, y forma parte de las políticas de personal y de recursos humanos la
mejora de ese ambiente con el uso de técnicas precisas.
Mientras que un "buen clima" se orienta hacia los
objetivos generales, un "mal clima" destruye el ambiente de trabajo
ocasionando situaciones de conflicto y de bajo rendimiento. Para medir el
"clima laboral" lo normal es utilizar "escalas de
evaluación".
Algunos aspectos que se pretenden evaluar son los
siguientes:
Independencia.
La independencia mide el grado de autonomía de las personas
en la ejecución de sus tareas habituales. Por ejemplo: una tarea contable que
es simple tiene en sí misma pocas variaciones -es una tarea limitada-, pero el
administrativo que la realiza podría gestionar su tiempo de ejecución
atendiendo a las necesidades de la empresa: esto es independencia personal.
Favorece al buen clima el hecho de que cualquier empleado disponga de toda la
independencia que es capaz de asumir.
Condiciones físicas.
Las condiciones físicas contemplan las características
medioambientales en las que se desarrolla el trabajo: la iluminación, el
sonido, la distribución de los espacios, la ubicación (situación) de las
personas, los utensilios, etcétera. Por ejemplo: un medio con luz natural, con
filtros de cristal óptico de alta protección en las pantallas de los
ordenadores, sin papeles ni trastos por el medio y sin ruidos, facilita el
bienestar de las personas que pasan largas horas trabajando y repercute en la
calidad de su labor. Se ha demostrado científicamente que la mejoras hechas en
la iluminación aumentan significativamente la productividad.
Liderazgo.
Mide la capacidad de los líderes para relacionarse con sus
colaboradores. Un liderazgo que es flexible ante las múltiples situaciones laborales
que se presentan, y que ofrece un trato a la medida de cada colaborador, genera
un clima de trabajo positivo que es coherente con la misión de la empresa y que
permite y fomenta el éxito.
Relaciones.
Esta escala evalúa tanto los aspectos cualitativos como los
cuantitativos en el ámbito de las relaciones. Con los resultados obtenidos se
diseñan "sociogramas" que reflejan: la cantidad de relaciones que se
establecen; el número de amistades; quiénes no se relacionan nunca aunque
trabajen codo con codo; la cohesión entre los diferentes subgrupos, etcétera.
El grado de madurez, el respeto, la manera de comunicarse unos con otros, la
colaboración o la falta de compañerismo, la confianza, todo ello son aspectos
de suma importancia. La calidad en las relaciones humanas dentro de una empresa
es percibida por los clientes.
Implicación.
Es el grado de entrega de los empleados hacia su empresa.
?Se da el escapismo, el absentismo o la dejadez? Es muy importante saber que no
hay implicación sin un liderazgo eficiente y sin unas condiciones laborales
aceptables.
Organización.
La organización hace referencia a si existen o no métodos
operativos y establecidos de organización del trabajo. ?Se trabaja mediante
procesos productivos? ?Se trabaja por inercia o por las urgencias del momento?
?Se trabaja aisladamente? ?Se promueven los equipos por proyectos? ? Hay o no
hay modelos de gestión implantados?
Reconocimiento.
Se trata de averiguar si la empresa tiene un sistema de
reconocimiento del trabajo bien hecho. En el área comercial, el reconocimiento
se utiliza como instrumento para crear un espíritu combativo entre los
vendedores, por ejemplo estableciendo premios anuales para los mejores. ?Por
qué no trasladar la experiencia comercial hacia otras áreas, premiando o
reconociendo aquéllo que lo merece? Es fácil reconocer el prestigio de quienes
lo ostentan habitualmente, pero cuesta más ofrecer una distinción a quien por
su rango no suele destacar. Cuando nunca se reconoce un trabajo bien hecho,
aparece la apatía y el clima laboral se deteriora progresivamente.
Remuneraciones.
Dicen dos conocidos consultores franceses: <<Si lo que
pagas son cacahuetes, lo que tienes son monos>>. El sistema de
remuneración es fundamental. Los salarios medios y bajos con carácter fijo no
contribuyen al buen clima laboral, porque no permiten una valoración de las
mejoras ni de los resultados. Hay una peligrosa tendencia al respecto: la
asignación de un salario inmóvil, inmoviliza a quien lo percibe. Los sueldos
que sobrepasan los niveles medios son motivadores, pero tampoco impulsan el
rendimiento. Las empresas competitivas han creado políticas salariales sobre la
base de parámetros de eficacia y de resultados que son medibles. Esto genera un
ambiente hacia el logro y fomenta el esfuerzo.
Igualdad.
La igualdad es un valor que mide si todos los miembros de la
empresa son tratados con criterios justos. La escala permite observar si existe
algún tipo de discriminación. El amiguismo, el enchufismo y la falta de
criterio ponen en peligro el ambiente de trabajo sembrando la desconfianza.

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