Orador
Ser un buen orador requiere planeación, claridad de
pensamiento, y un discurso bien estructurado de principio a fin. Es importante
evitar crear confusión o dejar a tus oyentes la sensación de que perdieron su
tiempo. Sigue estos siguientes pasos y la gente apreciará lo que tengas que
decir.
Realiza contacto visual. El contacto visual es muy
importante. Puedes mirar sobre las cabezas de las personas, porque parece que
los estás mirando directamente, ¡pero en realidad no lo estás haciendo! No te
excedas, o correrás el riesgo de parecer que estás asintiendo con tu cabeza, o
que eres muy rígido.
Ten un punto y apégate a él. En algunas ocasiones tendrás
que hablar de un tema en específico. Incluso en una conversación casual, es
importante concentrarte en un conjunto limitado de ideas relacionadas. Si
derivas de una idea a otra, tu discurso parecerá un mal poema, o una maniobra
obstruccionista que puede aburrir a los oyentes.
Habla claramente. Puede ser tentador decir “El sujeshcswwe
funcioasfn bien en alguasaf partes del digfd.” Tampoco valdrá la pena para el
oyente invertir su tiempo en tratar de descifrar lo que intentas decir.
Ajusta tu discurso de acuerdo a tu audiencia. Una audiencia
técnica apreciará el uso de su jerga o acrónimos. Si tu audiencia tiene
problemas para comprender los conceptos, quizás sea necesario que hables más
lento y ofrezcas algunos ejemplos generalmente familiares.
No utilices el mismo tono durante todo el discurso. Esto te
hace sonar como una persona seca, opaca y aburrida. Levantar la voz en algunas
partes te hace un mejor orador. Imagina que es un debate, e intentas dar
énfasis a las partes importantes. Martin Luther King, uno de los más grandes
oradores de la historia subía y bajaba su tono durante sus discursos.
No seas condescendiente. Cuando las personas son tratadas
como idiotas, o como niños pequeños, pueden ponerse hostiles e ignorar lo que
digas. Suenas condescendiente cuando utilizas un tono cantado en tu discurso,
suspiras en voz alta, o menosprecias a tus oyentes de alguna manera.
Habla fuerte. Las personas tienen que escuchar lo que digas,
sin importar si están en la primera o en la última fila, o si hay mucho ruido.
Organiza lo que estás diciendo. Si hay muchas ideas o
detalles relacionados con tu idea principal, habla de cada una de ellas de
forma deliberada. Si estás intentando cubrir grandes cantidades de información,
quizás mencionar lo que vas a decir al principio, y después resumir lo que
dijiste en la conclusión.

Comentarios
Publicar un comentario